Mario Bunge, Tolstoy y Lombroso.


Mario Bunge nos cuenta una anécdota sobre el accidentado encuentro entre León Tolstói, conocido escritor, y Cesare Lombroso, cuyas hipótesis sobre determinismo biológico y criminalidad innata, hoy obsoletas, fueron influyentes en su época. La conferencia completa se puede ver aquí

Lombroso defendía la idea de que el genio estaba estrechamente conectado con la locura. Un hombre genial era un degenerado, un ejemplo de evolución retrógrada en el que la locura era una forma de “compensación biológica” por un desarrollo intelectual excesivo. Para confirmar esta teoría, en agosto de 1897, Lombroso, mientras asistía al Duodécimo Congreso Médico Internacional de Moscú, decidió encontrarse con el genial escritor ruso con el fin de verificar en directo, en él, su teoría de la degeneración en la genialidad.

La reunión no fue todo lo exitosa que Lombroso esperaba. Se desarrolló de la siguiente forma, algo  diferente a como la describe Bunge en el vídeo:
Cesare Lombroso visitó la finca que donde residía León Tolstói —actualmente es un museo—, pero el encuentro tuvo poco éxito. Para empezar, Lombroso se hubiera ahogado en el río que pasaba por la finca si un Tolstói de sesenta y nueve años no hubiera acudido a su rescate. Lombroso recordaba así la entrevista “Tolstói permanecía en silencio durante toda mi argumentación. Finalmente, frunciendo el ceño, me lanzó una mirada amenazadora con unos ojos profundamente hundidos y me dijo: `esto es un sinsentido. Todo castigo es un crimen´”. Tras la visita, Tolstói escribió en su diario: “Lombroso estuvo aquí. Es un viejo insignificante, ingenuo y corto de miras”.

La anécdota es buena, y hablando de lo bueno y la conexión entre genialidad e infamia... al buscar información en la red sobre ateísmo, religión, dogmas,  materialismo o filosofía es difícil no toparse con el peculiar Gustavo Bueno. No quiero entrar aquí a valorar su filosofía, pero aunque fuera únicamente por lo singular del personaje, y el volumen y la disponibilidad en YouTube de sus conferencias y estelares apariciones televisivas, ya tiene garantizado un puesto en la historia. Aunque esto es irrelevante.

El señor Bueno ha contado en varias ocasiones lo siguiente  sobre su encuentro con el Premio Nobel de medicina Severo Ochoa:

Yo recuerdo la conversación con Ochoa hace diez años en una conferencia. Nos saludamos y me dijo: “Todo es química”. Yo le dije lo siguiente: “Todo es química, entonces vamos a ver don Severo, un libro de química ¿también es química?”. “Hombre, evidente. Es química, todo”. Y vamos a ver: “Las letras de un libro de química ¿cómo se unen entre sí: por enlaces covalentes o por enlaces simples?”. Y me miró como pensando “este tío es tonto” . Y yo pensé lo mismo “este tío es tonto”. Fuente
La estructura y el modo en que Bueno cuenta su anécdota, recuerda en gran medida al encuentro entre Tolstói y Lombroso según lo cuenta Mario Bunge: La visita a un famoso literato al que le incomodan las ideas que se le presentan, y el intercambio posterior de insultos.  Al menos, es curioso.



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