22 abr 2021

Jordi Évole, el negacionista.

 

Siguiendo la actualidad tras la infame aparición de Miguel Bosé en el programa de Évole, para convertirlo a continuación en el Emmanuel Goldstein de nuestros particulares minutos de odio diarios, es un  buen momento para recordar a Jordi Évole "el negacionista".

Negacionista es  el adjetivo preferido por la narrativa oficial, yo prefiero la palabra "hipócrita".  El gremio periodístico ha demostrado ser el culmen de la hipocresía y la infamia, servil ante intereses que nada tienen que ver con la información veraz.

Esbirros a sueldo que repiten lo que tienen que repetir en cada momento, lo que interesa, lo que les mandan, lo que toca ese día. 

Cuando hay que llamar a la tranquilidad como era el caso antes del gran asalto a nuestros derechos y libertades que se inició en marzo 2020, antes del Gran Cambiazo, antes de la tiranía sanitaria, se quita hierro al asunto en cuestión y el resto de medios te dan la razón con grandes alabanzas.




Cuando hay que generar terror, inocular el "miedo, incertidumbre y duda" necesario para que la población acepte sin resistencia una imposición de medidas tiránicas, imprudentes, democidas, contradictorias y anticientíficas con la excusa de una "crisis sanitaria" causada por un virus, se implanta un relato común del que nadie en la profesión se desvía ni un milímetro, da igual que tengas que defender lo contrario de lo que defendiste ayer mismo sin que se te caiga la cara de vergüenza.

Y las masas te aplaudirán desde su ventana.

A partir de ese momento cualquiera que se atreva a desviarse del relato, aunque diga lo mismo que la versión oficial defendía ayer, es tildado de "negacionista", es cancelado, insultado, invisibilizado, desmonetizado o  expulsado definitivamente de redes sociales. Nadie se da cuenta del cambiazo o hacen como que no se enteran en un ejercicio de "doblepensar" como el descrito en la novela 1984. A veces creo que me he despertado en un universo alternativo entre kafkiano y orweliano.


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Hay un niñito tullido en el hospital que te pide que comentes, lo sé porque lo tullí yo mismo para que te inspirase.