Han mentido, y algunas de esas mentiras han sido más graves que otras. Pero lo que han hecho con los más pequeños va más allá de un simple error de cálculo o un engaño; debe ser considerado un crimen, y deberían pagar por ello.
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Los políticos, voceros de la prensa, autoridades sanitarias y los denominados “expertos” nos mienten, es un hecho.
Mintieron sobre la eficacia de las mascarillas los bozales, mintieron sobre los beneficios de someternos un tiránico arresto domiciliario para sanos y enfermos, mintieron con que solo serían 15 días para aplanar la curva alargar la pandemia hasta que se pudiera rentabilizar con vacunas, mintieron sobre que sus contradicciones patentes se debían a que "la ciencia cambia".
Sí es cierto que "la ciencia cambia" pero en un proceso lento y gradual no así de forma abrupta. Por tanto ¡No! no cambiaron de paradigma, no adaptaron su discurso por la aparición de nuevos datos, eso son excusas poco sutiles, hay que gritar sin pudor: ¡mentirosos! bien alto y claro.
Podemos no estar de acuerdo sobre en qué momento mintieron, si antes de marzo o a partir de marzo.
El discurso oficial anterior al GRAN CAMBIAZO es opuesto al discurso posterior,
se contradicen por tanto ambos no pueden ser verdad, uno de los es por fuerza mentira. Eres tan negacionista como yo de uno de los dos.
Ellos son conscientes de que mintieron y saben en que momento empezaron a mentir, lo saben pero nunca van a reconocerlo para no dañar de cara al público su imagen de figura de autoridad, expertos, infalibles, de ¡yo soy la ciencia misma! como dijo el Dr. Fauci.
Para cancelar y desprestigiar toda opinión discrepante evitando incómodos debates que les dejen en evidencia, califican como "negacionismo" cualquier crítica a sus mentiras y sus discursos contradictorios por error o mala fe, sin diferenciar que sea una objeción legítima o no, porque por supuesto también hay locura por la otra parte.
El problema aquí es que al invertirse la verdad oficial tambíen se invirtió la mentira oficial, lo que era blanco fue negro, lo de arriba fue abajo, y hay dos clases de negacionistas: pre-marzo tambíen conocidos como "alarmistas", eran aquellos que ejercían el alarmismo mientras la ciencia llamaba a la calma y restaba gravedad al asunto, la verdad oficial y la realidad coincidían. Post-marzo toda falta de alarmismo y cualquier llamada a la calma se convirtió en negacionismo, bulo, terraplanismo y Miguel Bosé. La única verdad era la verdad oficial, y era bienvenida cualquier afirmación exagerada y distorsionada que sirviera para generar miedo, confusión, duda, terror y sometimiento a las medidas impuestas.
Así que cuando te acusen de negacionista, responde: depende de la fecha.
Y en ambos casos debes preguntarte, si mentían una vez ¿Por qué creerles cuando dicen lo contrario? Nos dicen ¡confía en la ciencia! es decir ¡ten fe en nosotros! ¿Confiamos en que alguien que ha mentido una vez en el pasado no nos va a mentir ahora o cuando le convenga? Lo siento pero en cuanto a fe nunca ande sobrado ni para sotanas negras ni para batas blancas.
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Del negacionismo al renegacionismo.
Virólogos en etapa pre-marzo diciendo la verdad.
Virólogos: El alarmismo hace más grave de lo que es el coronavirus de Wuhan
Albert Bosch ha permanecido callado desde entonces o quizá no le han dejado hablar.
Otro virólogo en etapa pre-marzo:
Si la gripe se llamara coronavirus estaríamos todos con escafandra
Agustín Muñoz Sanz si habló después del cambiazo y pasó a su etapa renegacionista porque renegó de todo lo que había dicho hasta marzo.
En las próximas semanas veremos a jóvenes en las UCIs y fallecidos por Covid-19
En la narrativa renegacionista aparece pronto cierto patrón: la fijación con los niños y la obsesión contra los jóvenes.
Inocentes.
Hemos hablado de los culpables, hablemos ahora de las víctimas inocentes. El daño que se ha hecho a niños, adolescentes y jóvenes ha sido atroz y sus consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo están aún por determinar.
Criminalizar a la juventud por hacer botellones, ir a un concierto o divertirse, es decir hacer vida normal de persona joven, ha sido algo malo, pero ¿Qué clase de perversión, infamia y falta de humanidad hay detrás de lo que se ha hecho con los más pequeños?
Las mentiras más perversas producto de la histeria colectiva generada alrededor del Covid-19 son aquellas que afectaban a los niños: cargarles la culpa de los contagios y las muertes de sus abuelos o asustarlos con la muerte si no tapaban su cara con una estúpida
La imposición de mascarillas bozales obligatorios que
por ineficaces, molestos y contraproducentes ya es difícil de justificar
para un adulto sano. No cabe justificación alguna en el caso de los
niños. ¿Cómo se pudo caer en algo así?
Qué decir del maltrato infantil institucionalizado y consentido por padres hipnotizados por la propaganda del miedo pandémico que supuso aquel arresto domiciliario ilegal y acientífico, durante meses aislados en casa sin salir al parque a jugar o tener contacto con otros niños. Ha sido duro para los adultos, ¿Como de insoportable fue para ellos?
Indignarse... ¡cuando terminó!
Yo digo que tratar a los niños como "vectores de contagio" en lugar de como seres humanos es abuso psicológico y es hora de reconocerlo. Sin ningún motivo ni base científica, se los tachaba de peligrosos “supercontagiadores” portadores de enfermedades letales para quienes les rodean.
Los niños suponen un riesgo muy elevado de propagación de la epidemia
Menudo psicópata justificando la tortura del aislamiento, pobres alumnos y pobres los pacientes que caigan en sus manos.
Será lógico para usted imbécil.
¿Qué clase de persona sacrifica a sus propios hijos en el altar del miedo? ¿Qué clase de sociedad acusa a niños de trasmitir enfermedades? bueno...
Éste fue el momento más vergonzoso de la histeria colectiva del 2020 y encima era mentira.
Los niños no son supercontagiadores, no se infectan en la misma proporción que los adultos ni sufren los síntomas graves de la enfermedad. Todo lo contrario, son la clave para eliminar cualquier epidemia emergente, ya que su sistema inmune esta mejor equipado que el de los adultos para combatir nuevos virus.
Ellos son los más vulnerables ante la histeria hipocondríaca de los adultos ¿Por qué no hay más gente indignada pidiendo la cabeza de políticos, periodistas y autoridades sanitarias?
No hay excusa posible, los bozales no salvan vidas y los datos de mortalidad reflejaron muy pronto que el virus ataca de forma desproporcionada a una franja de edad muy concreta: los ancianos.
En niños y personas jóvenes y el riesgo es bajo, y así lo han demostrado los hechos: según datos del INE en 2020 ¡apenas ha muerto nadie menor de 40 años a causa del brote de covid-19!
Lo mismo reflejan los datos EuroMomo, que registran el exceso de mortalidad.
Entre 0 y 14 años la mortalidad ha sido normal durante el 2020. Por alguna razón EuroMomo considera que es lo mismo morir con 14 años que con 44, y clasifica toda esa franja de edad en el mismo grupo. Como vemos el exceso de mortalidad hasta los 44 años ha sido tambíen baja y se ha mantenido dentro del rango normal casi todo el tiempo.
La terrible "pandemia" no ha existido para menores de 44 años sin embargo han sufrido las peores consecuencias de los confinamientos y el resto de medidas ineficaces, absurdas, desproporcionadas, anticientíficas, abusivas y contraproducentes, como demuestra el éxito de Suecia.
Si aún no estás enfurecido, si no exiges la cabeza de alguien, deberías empezar ahora mismo.
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Hay un niñito tullido en el hospital que te pide que comentes, lo sé porque lo tullí yo mismo para que te inspirase.