7 ene 2025

Cuidado con los BULOS sobre "nuevos virus" que vienen de China.





El Metapneumovirus es tan nuevo como eran los coronavirus en 2020. Y aunque digan lo contrario, los coronavirus siempre han circulado junto a la gripe, entre otros virus respiratorios que forman lo que llamamos epidemias de gripe estacional.

 

 

Lo  nuevo es el reciente anuncio de vacunas para este virus concreto, con tecnología ARNm y diseñadas nada menos que con Inteligencia Artificial, que se encuentran en fase de ensayo con humanos, a las que quizá les vendría de perlas una  nueva "operación Warp speed".  Pero seguro que estos  hechos no tienen relación alguna con la repentina aparición de este tipo de noticias  y la campaña de terror alrededor de este virus de nombre amenazante y que hasta ahora no había despertado interés alguno en los medios, por lo que cuela como "nuevo".

 

¿Seguimos entonces el mismo patrón de 2020? ¿Volveremos a sufrir una histeria colectiva  creada artificialmente desde los medios y las autoridades al servicio de los beneficios económicos de la industria farmacéutica, que sirva de excusa para justificar una nueva tiranía sanitaria equiparable a la de entonces, mentiras, censura y medidas abusivas, inhumanas crueles, con protocolos de la vergüenza culpables de la mayoría de las muertes? 

Para evitarlo debemos empezar  por no caer en estas campañas de terror y miedo impulsadas por opacos intereses de origen incierto. No  debemos olvidar, para no estar condenados a repetir la historia.

Los virus son la entidad biológica más abundante en nuestro planeta y una de las más antiguas, casi tanto como el propio origen de la vida y las primeras células. Existen en cantidades literalmente astronómicas, los virus cambian, mutan, evolucionan y lo han hecho así siempre. ¿Realmente es un suceso extraordinario la aparición de un virus “nuevo”? 

 

No daba esa sensación  al principio de 2020, donde “la ciencia” llamaba a la calma, la tranquilidad y a no caer en el alarmismo y la histeria.


Es cierto que ante un virus nuevo tenemos las defensas menos preparadas, pero no es el fin del mundo. Tampoco una pandemia es la terrible amenaza existencial que han hecho creer a la población con continuas campañas de terror del cine, la televisión, literatura y prensa, y que no dejan de ser propaganda de las multinacionales farmacéuticas.

Con anterioridad hemos vivido la aparición de nuevos virus porque es algo que sucede con regularidad, sea o no declarada “pandemia” que es una cuestión de política y negocio, en 2015 -coronavirus MERS-, 2009 -gripe-, 2003 -Coronavirus SARS-, 1997 -Gripe-, 1968 -gripe-, 1957 -gripe-, y como no… 1918. 

Este virus era uno más, uno de tantos. Precaución sí, pero sin perder la cabeza.

Pero hasta aquí llegó la ciencia y empezó “la ciencia”. Se impuso la mayor de mentira contada sobre el covid en la que se sostienen los intereses políticos y económicos a los que beneficia la histeria pandémica: que debemos vivir aterrorizados a la la espera del próximo virus mortal, que pandemia significa muerte. Que tan solo el poder tiránico ejercido desde el estado, y una “ciencia” con la industria farmacéutica como única representante, nos pueden salvar de la crisis letal que ellos mismos han declarado. 


El terreno estaba abonado con una población aterrorizada, confusa e inquieta por el constante bombardeo de noticias contradictorias, rumores, bulos, imágenes terroríficas “filtradas de china”. 

Cada llamada a la tranquilidad solo servía para generar una respuesta contraria, una disonancia cognitiva en la población que hacía la desconfianza e incertidumbre aún más grave. Cuanto más insistían en el mensaje de no caer en el alarmismo, más se propagaba el alarmismo, más se rechazaba el mensaje. ¿Por qué nos dicen que no pasa nada si están hablando del tema todo el rato? ¡Nos ocultan la verdad!¡Conspiran para matarnos!

Que este fenómeno fuera espontáneo o algo planeado con anterioridad, es ya otra cuestión. El cuerpo nos pedía "Walking Dead".

Entonces llegó lo que llamo el “gran cambiazo”, y de ridiculizar el alarmismo y denunciar la histeria se pasó a hacer negocio a su costa. Porque la “ciencia” cambia. 

 


 (Continuará...)

 

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