Nuevo ateísmo, ideología y discriminación.

En otras ocasiones hemos tratado en el blog del llamado nuevo ateísmo y como este movimiento, en principio comprometido con la búsqueda de la verdad y la lucha contra el dogma, la reivindicación incondicional de la razón, la lógica y la libertad de pensamiento, empezó a declinar tras la desaparición de algunos de sus miembros más representativos y carismáticos, como Christopher Hitchens o Victor J. Stenger, y los coqueteos con la meditación “mindfulness” de su “miembro fundador” Sam Harris. Sumando todo esto al agotamiento de ideas, al propio desgaste de sus portavoces como Richard Dawkins, el fin de la novedad y la deriva de ciertas comunidades ateas hacía un sesgo ideológico cada vez menos disimulado, podemos decir que el nuevo ateísmo ya está un poco viejo y cada vez tiene más achaques propios de la edad.

Evidencia de este agotamiento es que uno de los divulgadores científicos de mayor calado popular de los últimos tiempos, el astrofísico Neil deGrasse Tyson, ha rechazado la “etiqueta” y se ha negado en varias ocasiones a identificarse como “ateo”, no porque crea en Dios o sea religioso —pues, como sucesor y admirador del legado de Carl Sagan, prefiere, como él, denominarse "agnóstico"—, sino porque no acepta la “carga” ideológica que connota el término.

¿A qué se refiere?, precisamente la “carga ideológica” que  analizamos aquí en otras ocasiones: el éxito del nuevo ateísmo como una reacción de intelectuales de izquierda a los atentados del 11s y el subsiguiente panorama político dominado por gobiernos de derecha conservadora religiosa como el de George Bush o Silvio Berlusconi. El sector más ideologizado acabó imponiendose apropiándose del termino nuevo ateo  adulterándolo con una agenda política ajena al ateísmo —el caso más claro el infame “ateísmo+” de “ciertas comunidades ateas” ya mencionadas—. Lejos quedaron ya esos tiempos, y se ha podido comprobar que el panorama dominado por adalides de la corrección política y el progresismo de gobiernos como el de Barack Obama —y no hablemos de Zapatero en España—, no resultaron menos asfixiantes y enemigos de la libertad.

Ser nuevo ateo ya no es tan “trending topic”, lo que no quiere decir que haya desaparecido ¡no!, muchas "comunidades" de irreductibles galos —perdón— nuevos ateos resisten todavía y siempre al declive.

Un buen ejemplo de nuevo ateísmo irreductible lo encontramos en el blog De Avanzada, aunque desconozco si su autor, David Osorio, se define de tal forma,  desde un punto de vista etic —utilizando la terminología popularizada por Marvin Harris— encaja a la perfección en dicha etiqueta: se presenta como una persona comprometida “con hacer de este un mundo más racional, libre y equitativo” y a continuación define abiertamente su postura ideológica afirmando ser de “izquierda, ¡con ganas!” y aclara “A grandes rasgos, defiendo la igualdad y la libertad: igualdad liberadora y libertad igualitaria”.

En una entrada reciente del blog que me llegó a través de una conocida red social, nos dice:
Uno de los sellos característicos de la izquierda autoritaria es su tendencia a censurar a las personas, [...] así que no es infrecuente encontrar personas diciendo, por ejemplo, que los hombres no tenemos derecho a opinar sobre el aborto.

Esto es una ridiculez de proporciones galácticas, pues todos podemos tener opiniones sobre cualquier tema [...]
A decir verdad, tampoco es que pensara pedir permiso. Pero me temo que toda esta excusatio non petita —que él denomina “pataleta sexista”— evidencia  que no existe una izquierda no autoritaria, y que esas personas que David Osorio encuentra frecuentemente, son en realidad, los propios integrantes de lo que algunos llaman comunidad atea, por no decir “esas comunidades que usted ya conoce”.

La izquierda es autoritaria porque  sólo con autoritarismo pueden imponer sus las ideas, pues las bases filosóficas de su ideología, como  la fe en la  igualdad esencial, son incompatibles con la naturaleza humana que es esencialmente diversa.  El consenso científico actual ha dejado atrás la idea de que somos una “tabula rasa”, e incluso entre hermanos gemelos monocigóticos genéticamente idénticos encuentras rasgos y personalidades distintas. No existen dos seres humanos iguales en esencia, por tanto el ideal igualitario carece de sentido, aunque sea la farsa con el mejor marketing del planeta.

No quiero hablar en este momento de mi postura sobre el aborto, un tema polémico que merece ser tratado con mayor extensión en otra entrada. Aunque como me gusta ganar enemigos, aclaro ya que, con algunas excepciones, estoy en contra. Me interesa más la segunda parte de la entrada, que se relaciona con el tema de el nuevo ateísmo y la ideología.
Que hoy en día se discrimine a los LGBTI (y a mujeres, afros, solteros, pobres, etc.) sólo es un accidente histórico; cualquiera de nosotros podría ser el discriminado y eso, como sociedad, nos rebaja a todos. Así que sí me afecta, porque quiero vivir en una sociedad realmente abierta e igualitaria y, precisamente porque no soporto que se discrimine por rasgos biológicos, no voy a dejar de decir lo que pienso sobre ningún tema.

No necesito ser negro para rechazar el racismo, no necesito ser gay para rechazar la homofobia, no necesito ser musulmán para rechazar la intolerancia antimusulmana, y no necesito ser mujer para apoyar el aborto. En resumen: no necesito pertenecer a un grupo discriminado para rechazar la discriminación — cómo puede alguien que dice defender derechos asumir ese marxismo cultural recalentado me supera.
Destaco el punto sobre  “pertenecer a un grupo discriminado”, pues me ha llamado la atención, veamos.

La izquierda actual es heredera del “socialismo utópico”, un grupo heterogéneo de movimientos en los que Karl Marx se basó para crear su Manifiesto comunista, junto con Friedrich Engels que definió su propuesta como “socialismo científico”, ideología que finalmente se impuso a las demás. El Marxismo en un principio afirmaba defender los intereses de la “clase obrera” que entonces se consideraba el sector discriminado de la sociedad. Ese obrero era principalmente, hombre. Estos señores de aquí, osados, rudos y llenos de testosterona:

 
Hombres blancos “cisgénero” oprimiendo a las mujeres.

La idea clave del marxismo es que el obrero se levantaría en una revolución contra sus amos burgueses e instauraría una dictadura del proletariado que traería el comunismo: la sociedad sin clases. Pero el socialismo fracasó, y allá donde se instauró o bien acabó convertido en una dictadura como en Corea del Norte o bien fue abandonado en favor del capitalismo como en China. Los seguidores de Marx esperaban la revolución, y lo que llegó fue el triunfo de la socialdemocracia. Tras la caída del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, la izquierda se quedó sin referente político objetivo con el que poder identificarse. Su proyecto había fracasado, y la izquierda culpó de ello a la propia clase obrera, a la que consideró traidora, pues ya no estaba dispuesta a hacer la revolución contra nadie, pasaba del discurso de la “lucha de clases” y ni siquiera se sentía “oprimida” por la burguesía.

La izquierda actual odia al obrero, a modo de venganza contra esa clase obrera que rechazó los fundamentos ideológicos del marxismo y se negó a hacer revoluciones. Los intelectuales de izquierda aún se proclaman portavoces del trabajador, pero son universitarios de clase media-alta que jamás han visto un saco de cemento, y para colmo odian todo lo que el obrero es, todo lo que el obrero hace, todo lo que el obrero dice y todo lo que el obrero representa. Sobre todo, odian trabajar, pues lo que quiere un candidato de izquierda es conseguir un puesto de funcionario y vivir sin dar palo de los impuestos que el estado extrae a la clase trabajadora.



De modo que la izquierda contemporánea se ha visto forzada a cambiar radicalmente su narrativa. De presentarse como defensora de la “clase obrera”, pasó a la política de identidades y a presentarse como defensora de cualquier grupo oprimido que, en principio, fuera lo opuesto al traidor obrero original. Por ejemplo, estos oprimidos de aquí:

Si  ves algo  que no te convence 
del todo, eres homófobo.


Para sobrevivir como ideología la izquierda debe que apelar a sectores más susceptibles de aceptar una narrativa de opresores contra oprimidos, como las mujeres, los homosexuales, las lesbianas, o las personas de color. Por lo visto al saco de oprimidos se  ha añadido recientemente al islam y la lucha contra la islamofóbia o "intolerancia antimusulmana". Aunque De Avanzada, es un blog que, en el activismo propio de los nuevos ateos, no tiene ningún problema con la intolerancia hacia otras religiones como el cristianismo, por ejemplo.

Sobra decir que “cualquiera de nosotros podría ser el discriminado y eso, como sociedad, nos rebaja a todos”. Los hombres de clase obrera somos, de hecho, discriminados, aunque la izquierda nos haya abandonado y expulsado de su grupo de oprimidos predilectos porque nosotros mismos renegamos del victimismo de su narrativa. Tenemos desventajas en muchos aspectos, incluyendo a los hombres de color y a los homosexuales que también sufren desventajas por ser hombres. ¿Y acaso eso no nos rebaja a todos?

En conclusión, como Neil deGrasse Tyson, veo necesario rechazar etiquetas, ideologías e "ismos", y aunque soy muy crítico con la izquierda, pues se lo merece, tampoco me identifico con el conservadurismo religioso de la derecha.  Pero me defino como ateo y defensor de la filosofía materialista. Creo que se puede limpiar el ateísmo y el escepticismo de los sesgos y los monopolios ideológicos que aquellos que intentan apropiarse del término para controlarlo e imponer unos fines que nada tienen que ver con la no creencia en dioses, como la ideología de género, los “micromachismos”, los “femtomachismos”,  la corrección política y el progresismo mal entendido. Considero tal actividad más encomiable que rechazar de pleno una palabra de tan alta cuna: ateo, sin apellidos ni novedades, no las necesita.

1 comentario:

  1. Vayamos por partes

    “La izquierda actual odia al obrero, a modo de venganza contra esa clase obrera que rechazó los fundamentos ideológicos del marxismo y se negó a hacer revoluciones. Los intelectuales de izquierda aún se proclaman portavoces del trabajador, pero son universitarios de clase media-alta que jamás han visto un saco de cemento, y para colmo odian todo lo que el obrero es, todo lo que el obrero hace, todo lo que el obrero dice y todo lo que el obrero representa. “

    Y estoy plenamente de acuerdo

    Tambien dices

    “De modo que la izquierda contemporánea se ha visto forzada a cambiar radicalmente su narrativa. De presentarse como defensora de la “clase obrera”, pasó a la política de identidades”

    Y lo suscribo

    Tambien dices

    “Para sobrevivir como ideología la izquierda debe que apelar a sectores más susceptibles de aceptar una narrativa de opresores contra oprimidos, como las mujeres, los homosexuales, las lesbianas, o las personas de color. “”

    Totalmente de acuerdo

    Tambien dices que

    “Los hombres de clase obrera somos, de hecho, discriminados, aunque la izquierda nos haya abandonado y expulsado de su grupo de oprimidos predilectos”

    Tambien de acuerdo

    El problema es que no das ninguna explicacion logica y coherente que avale y que aglutine todos esos puntos y la unica factible que explique que la SUPUESTA IZQUIERDA margine y discrimine a la autentica clase obrera y PREFIERA defender los derechos de PROFESORAS DE INSTITUTO y de UNIVERSIDAD es que el FEMINISMO ha sido el INTRUMENTO para dar el gran CAMBIAZO. EL instrumento que permite seguir explotando a la autentica clase obrera con la COARTADA de que dicha explotacion viene bendecida tambien desde la IZQUIERDA.

    ¿Pero que izquierda real existe en España?
    ¿Que izquiierda real existe en Europa?

    Aqui a diferencia de Turquia o de Chile o de Argentina no hacen falta ni tanques ni golpes de estado. No hace falta.

    A la clase obrera y trabajadora no hay nadie que la defienda.
    Es preferible defender el derecho de las profesoras funcionarias a cobrar mas para que no exista brecha salarial.
    ¿A que partido de SUPUESTA IZQUIERDA le importa un comino la mortalidad laboral. A que A que partido de SUPUESTA IZQUIERDA le importa un comino la PRECARIEDAD LABORAL o accidentes que dejan lisiados de por vida?



    Sobre todo, odian trabajar, pues lo que quiere un candidato de izquierda es conseguir un puesto de funcionario y vivir sin dar palo de los impuestos que el estado extrae a la clase trabajadora.
    ¿Y en que sectores existen esa precariedad laboral, esos accidentes o esa mortalidad laboral?
    ¿Acaso en las Universidades donde trabajan o evangeliza Pablo Iglesias?
    ¿Es Pablo Iglesias el nuevo mesias de una izquieda que en España y en Europa no existe mas que en nuestra imaginacion?

    ¿De que izquierda hablamos?
    ¿De la izquierda ANTISISTEMA o de la IQUIERDA ANTISEMITA?

    Porque tiene guevos que los que ahora se sorprenden de que los yihaidistas atenten contra los europeos son los mismos que aplaudian cuando las victimas eran judias.
    Les parecia logico que cualquiera que asegurara que a sus tatarabuelos les quitaron una huerta con cuatro lechugas pudiera atentar contra cualquier judio de nacionalidad israeli o no.
    Y es que cuatro lechugas era motivo mas que suficiente para asesinar judios.
    Sin embargo el expolio en un divorcio de casa, sueldo e hijos no era motivo suficiente ni para decir
    “MECAGO EN LOS PATITOS…..”

    Y “ME CAGO EN LOS PATITOS” ha sido en España Violencia de Genero y asesinar judios ni violencia ni nada que causara la minima indignacion.

    Y por ello no es casualidad que dicha INERCIA nos haya llevado a esta.......SITUACION.

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Hay un niñito tullido en el hospital que te pide que comentes, lo sé porque lo tullí yo mismo para que te inspirase.